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domingo, 1 de agosto de 2010

Asma: todo bajo control


Quizás uno de los episodios respiratorios más angustiantes que nos ha tocado afrontar a nivel personal o con algún familiar es un ataque de asma, sobre todo si los pequeños de la casa son los afectados. Esta enfermedad no tiene cura, sin embargo, no se asuste, con un buen tratamiento y educación del paciente puede lograr buen control del padecimiento.

El asma es un malestar crónico que se caracteriza por ataques recurrentes de falta de aire y sibilancias (sonido silbante al respirar) y su intensidad varía en frecuencia de acuerdo a la persona y puede agravarse en las noches o al practicar actividades físicas.

La Organización Mundial de la Salud estima que existen 300 millones de pacientes asmáticos en el planeta. En los niños podría manifestarse desde los 5 años de edad aunque a veces se mantiene “escondida” durante años. Si su pequeño tose después de correr o llorar es importante que el médico pediatra lo chequee de manera especial. En los bebés la tos ruidosa, respiración rápida y constantes infecciones respiratorias podrían ser indicio de esta enfermedad.

Los principales factores ambientales de riesgo son la exposición a agentes alérgenos como los ácaros del polvo casero que se refugian en las camas, alfombras y muebles, caspa de los animales, el polen, hongos, contaminación, humo del tabaco e irritantes químicos.

Tanto en niños como en adultos los detonantes de los ataques de asma podría encontrarse en: el aire frío, fuertes emociones incontrolables como la ira o el miedo y el ejercicio físico. Sin embargo, con un diagnóstico a tiempo y tratamiento con corticosteroides inhalados, que se utilizan para disminuir la inflamación de los bronquios, el paciente puede llevar una vida normal y en muchos países, con altos índices de afectados, se evitaría la muerte.
Es importante la detección temprana del asma ya que en muchos casos al crecer, ésta desaparece completamente en la adolescencia. En el caso de la práctica de deportes algunos tips podrían ser útiles: realizar estiramientos antes y después del ejercicio, respirar únicamente a través de la nariz; tomar el medicamento antes de la actividad; llevar siempre el inhalador para resolver ante cualquier eventualidad; de ser necesario usar mascarilla en sitios donde se levante polvo o tierra (espacios abiertos); en climas fríos usar siempre bufandas sobre nariz y boca para que el aire a respirar sea mas templado.


En el caso de los pequeños en edad escolar la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología recomienda a los padres reunirse con maestras y enfermeras de la institución para ponerlos al tanto especialmente con el docente de educación física, enseñarles los medicamentos y la ubicación de los mismos en el bolso; pedirles que lo traten de manera normal durante la rutina para que el niño se sienta cómodo e integrado y de ser posible asegúrese que el ambiente no este impregnado de olores fuertes y/o polvo.

Un buen tratamiento mejorará la calidad de vida de su familia. Sonríe siempre.
@gentesaludable

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