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domingo, 18 de marzo de 2012

Los primeros dientes del bebé


El ritmo y el movimiento de hoy en día nos hacen vivir a carreras y volando entre una cosa y otra, cuando decidimos convertirnos en padres, aparte de tener la impresión de que los niños nacen aprendidos, también nos da la sensación de que crecen súper rápido.

A los 6 meses de edad ya nos encontramos con un nuevo reto: los primeros dientes. De eso hablaremos hoy en Gente Saludable. Nos conseguimos está información interesantísima y muy bien explicadita en una página española que los invito a visitar www.enfamilia.aeped.es y www.babycenter.com.

Los primeros dientes suelen salir entre los 6 y los 12 meses y, casi siempre, son los incisivos inferiores (los de delante y en el centro, abajo). A algunos les salen antes (incluso hay niños que nacen con dientes) y a otros les tardan más en salir. A los 3 años suele completarse la erupción de la dentición infantil.

Algunos niños no notan ninguna molestia con la salida de los dientes, simplemente los padres se dan cuenta por la sensación que algo raspa al tocarle las encías. Otros bebés se ponen inquietos y llorones, babean más abundantemente, lloran muy frecuentemente, muerden todo lo que consiguen alrededor y sus encías entonces pueden apreciarse hinchadas, enrojecidas y el diente a punto de salir a la luz. Si hay fiebre o los padres notan al niño enfermo o decaído, deben acudir al pediatra, porque estos síntomas no deberían estar asociados a la erupción de los dientes aunque tienden a presentarse.

La salida de los dientes es un hecho normal en el ser humano y en muchas otras especies, por eso debe tomarse con tranquilidad el proceso, no es necesario tratar médicamente la salida de los dientes, ni es necesario acudir al médico por este motivo. Sin embargo, no se debe atribuir a la dentición y restar importancia a síntomas tales como fiebre alta, malestar importante, diarrea, vómitos, etc., porque el niño podría tener una enfermedad no relacionada con la dentición.

Si el niño está muy incómodo por la noche, las encías están en ese momento de pre-erupción inminente y esto le perturba el sueño, se le puede administrar un analgésico a las dosis habituales (ibuprofeno) en forma de jarabe. No se deben aplicar sobre las encías. Y debe consultar siempre con su médico para que le indique el adecuado. No auto-medique a su bebé.

Durante el día, sin embargo, el niño no suele llorar por este motivo (recordemos que todo duele y pica más por la noche), por lo que sería excesivo tratarle durante las 24 horas. Se le pueden facilitar mordedores o enfriarle el chupón en la nevera, dándoselo a morder cuando está frío o simplemente frotarle la encía con el dedo limpio o con una cucharilla fría. En esos días el niño estará ansioso por morder cosas, dejemos que lo haga sin problemas, pero que sean objetos seguros. Nunca se le debe dejar morder objetos que puedan desprender fragmentos, como por ejemplo una zanahoria cruda, ya que podría producirle asfixia por atragantamiento.

Los tratamientos para aplicar sobre la encía son muy populares, pero recientemente se ha visto que los geles que contienen benzocaína pueden producir una enfermedad de la sangre llamada metahemoglobinemia, que puede ser peligrosa, por lo que no son aconsejables.

Los estudios fiables sobre este problema concluyen que lo que realmente calma el posible dolor en la encía es la presión ejercida al aplicar el producto. Por lo tanto y ante el riesgo de que estos medicamentos, aunque sean “naturales”, puedan producir toxicidad, lo mejor es utilizar solo métodos físicos (presión, frío, etc.).
Las mamás siempre se preguntan qué ocurrirá con la lactancia cuando empiecen a salir los dienticos del bebé, y es importante tener en cuenta que la experiencia de la dentición es diferente para cada uno. Para algunos la incomodidad es insignificante, a otros se les hinchan tanto las encías que les molesta mucho el dolor, el cual parece aumentar cuando succionan. Sin embargo, la mayoría de los bebés siguen tomando el pecho a lo largo de este periodo doloroso, simplemente porque no sólo es su alimento, sino que es también algo muy reconfortante para ellos.

Si tu bebé deja de tomar el pecho temporalmente (conocido como una huelga de lactancia), esto normalmente sólo durará un par de días. Durante la "huelga", sigue ofreciéndole el pecho a tu bebé siempre que notes que tiene hambre. Si no lo acepta, extráete leche para seguir estimulando tu producción. Si tu bebé tampoco quiere tomar un biberón, aliméntalo con un vasito para bebés.
La dentición también podría interferir con la lactancia si tu bebé empieza a usar tus pechos como un "juguete para morder". A veces la reacción de espanto de la madre es lo suficiente para que el bebé no la vuelva a morder. Si no, fíjate bien cuando tu bebé suelte por un instante el pezón (tiene que hacerlo antes de morderte), y coloca tu dedo entre su boquita y el pezón.

Otra forma de evitar que te muerda es masajeando sus encías con tu dedo antes de darle el pecho. Si lo sigue haciendo, quítale el pecho y dile firmemente "¡no muerdas!". Como los bebés a menudo empiezan a morder cuando ya se han saciado, esto podría indicar que ya ha terminado de comer. Pero si no crees que ha comido lo suficiente, espera al menos unos 15 minutos antes de seguir alimentándolo.
Es muy importante que supervises siempre su boca y sus encías y a medida que salgan los dientes debes ubicar junto con el pediatra el momento en el cual debes empezar a cepillarlos. Sonríe. Hasta la próxima.

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